La épica se divide en épica culta y épica popular. La épica popular, o más comúnmente llamada épica medieval, se desarrolló a partir de la poesía popular transmitida oralmente por los bardos, juglares u otros autores, y ocasionalmente escrita por poetas anónimos. Entre las principales obras del género destacan la epopeya anglosajona Beowulf, El cantar de los nibelungos, de un anónimo autor austriaco, y las epopeyas indias Mahabharata (Gran Historia) y Ramayana (Historia de Rama). Los acontecimientos narrados en estos poemas se basan en leyendas o hechos ocurridos mucho tiempo antes de su composición. Los personajes y episodios que figuran en gran parte de la épica popular están presentes en canciones populares anteriores al poema. Un ejemplo claro son los poemas épicos populares conocidos como cantares de gesta, compuestos entre finales del siglo X y mediados o finales del siglo XI, el más famoso de los cuales es la Canción de Roldán (c. 1100). En la literatura española destaca el Cantar de mío Cid (c. 1140), basado en el heroico personaje de El Cid, protagonista de numerosas baladas y poemas que nunca alcanzaron proporciones épicas.
En algunas culturas los materiales de la épica popular nunca se han reunido en un poema épico. Los celtas produjeron extensos ciclos de poemas épicos, entre los que destacan el Ciclo feniano y el Ciclo ossiánico y el Ciclo artúrico, pero no desarrollaron un gran poema épico con este u otro material similar. El romancero español es otro ejemplo de épica popular.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
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